Ernesto Madrid

Por más que el presidente Andrés Manuel López Obrador se empeñe en señalar que “(fue) legal -la detención del fiscal Uriel Carmona- porque el fuero lo protegía de delitos del orden federal, eso es lo que resuelve la suprema corte, pero este es un delito de fuero común”, la realidad del caso es que el funcionario heredado del exgobernador Graco Ramírez resultaba incómodo para Blanco y la permanencia de la 4T en Morelos.

Y si para el presidente la frase de que ‘no me salgan con que la ley es la ley’, resulta un absurdo, la realidad del caso es que detrás de la detención de Carmona Gándara están diversas carpetas de investigación abiertas en contra de Cuauhtémoc Blanco que apuntan a la comisión de presuntos delitos de delincuencia organizada, contra la salud y enriquecimiento ilícito. Asimismo, existe al menos una con folio 002316 en la Fiscalía General de la República.

Pero López Obrador, que acostumbra a salirse por la tangente para conseguir lo que él considera benéfico para su transformación dijo que había “mucho interés” en proteger a Carmona por parte de “políticos, de personalidades y de integrantes del Poder Judicial” que en el fondo no es otra cosa que proteger una vez a Cuauhtémoc Blanco, conocido como el gobernador peor evaluado de México (a finales del año pasado su aprobación era de 18%) y pesaban sobre sus espaldas sonados escándalos de corrupción y vinculación con el crimen organizado además de una denuncia por acoso y violencia sexual.

Aún con todo este peso de irregularidades en su gobierno, el pasado jueves 27 de julio en su típica mañanera, López Obrador lo defendió por segunda ocasión al señalar que Blanco ha hecho un buen trabajo en el rubro de la seguridad pública y que es víctima de un fiscal cobijado por el Poder Judicial y, nuevamente, recurrió al lugar común que lo caracteriza al asegurar que él “tiene otros datos”.

En los entredichos, la realidad del caso y el primer preso político de la 4T es que la aprehensión del fiscal morelense coincide, curiosamente, con el avance de varias investigaciones que la dependencia que aún encabezaba, abrió en contra del gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo y su hermano Ulises Bravo, actual presidente de Morena en esa entidad.

Y si le rascamos, podemos conciliar que la diputada de Morelos, Gabriela Marín, expareja sentimental del hermano de Blanco, fue asesinada en el estacionamiento de una farmacia en octubre de 2022 y se trata de la misma que acusaba que el gobierno de Blanco había desviado recursos tras la aprobación del presupuesto.

La mirada del presidente estaba puesta en la destitución del Fiscal, para esconder de alguna manera, las deficiencias, irregularidades y corrupción que ejerce el gobernador de Morelos en su administración, como ha sido con todos los casos de nepotismo, corrupción y favoritismos que prevalecen en su gobierno para lo integrantes de su proyecto, que no acaba de cuajar.
Ahora, el fiscal Carmona tendrá que pasar al menos 30 días más internado en el Reclusorio Sur de la CDMX, donde esperará a su siguiente audiencia programada para el 7 de septiembre.