Como todos sabrán, la empresa Microsoft fundada por Bill Gates y Paul Allen en 1975 comenzó como una empresa de microordenadores. En la actualidad, Microsoft es una de las empresas más grandes de tecnología y desarrollo de software.

La compañía al mando de Satya Nadella tiene la visión de convertirse en el único distribuidor de videojuegos. Con este objetivo en mente Microsoft hace un mes decidió comprar a la reconocida compañía Activision Blizzard por $75,000 millones de dólares y así crecer su catálogo de videojuegos al incluir múltiples franquicias como Call of Duty, Crash Bandicoot, World of Warcraft y Overwatch por mencionar algunos de sus títulos de “peso pesado”.

La compra “al chaz chaz” de Microsoft puede ser un punto pivotal en el mercado de los videojuegos. Las demás compañías en la industria de los videojuegos al enterarse de este anuncio temblaron junto con sus acciones. El peor golpe fue para Sony Group cuyas acciones cayeron un 9.45% en la bolsa de Tokio, una caída que no se veía desde que tuvieron que reemplazar las baterías de más de 100 mil laptops en el 2008.

Esta transacción es la más grande registrada en la historia de Microsoft justo por encima de la compra de la red LinkedIn en el 2016. Microsoft ahora se coloca como la tercera compañía de videojuegos más grande del mundo por concepto de ingresos, por detrás de Tencent Holdings y Sony Group.

En el 2014 cuando Nadella tomó las riendas de la compañía, el nuevo CEO enfrentó varias llamadas para deshacerse de la división de juegos de consola de Xbox y enfocar sus recursos en los servicios de nube. Sin embargo, cómo un héroe sacado de un videojuego, Nadella protegió Xbox y mostró su determinación al hacer su primera compra y adquirir Mojang, los creadores del legendario juego Minecraft. Hoy 7 años después, el CEO de Microsoft demostró que tiene lo necesario para colocar a la compañía como la número 1 en el mundo de los videojuegos.

Sin embargo, el sueño de Microsoft es la pesadilla de los reguladores. Con tanto poder dentro de la industria de los videojuegos, los reguladores temen que la compañía se convierta en un Monopolio difícil de someter.

Las regulaciones no le están dejando la transacción fácil al equipo de Satya Nadella, todavía la compañía espera la aprobación de 17 reguladores alrededor del mundo. Para calmar las aguas de la desconfianza, Microsoft planea jugar cuidadosamente. La compañía se comprometió en dejar que títulos populares de la franquicia de Activision como Call of Duty sigan disponibles en la consola de Sony, la PlayStation. De igual forma, declaró que está interesado en construir relaciones con Nintendo para que esta empresa pueda acceder a juegos de Activision. Brad Smith, el presidente de la compañía declaró que las reglas de la adquisición fueron revisadas de forma meticulosa bajo los estándares regulatorios globales.

Así como nosotros de niños nos portábamos exageradamente bien para que nuestros padres nos cumplieran algún capricho, Microsoft tiene que hacer lo mismo. Para cerrar el trato de $75,000 millones de dólares, la compañía tiene que demostrar que no tiene ninguna intención de convertirse en un monopolio maligno y que está abierto a propuestas y relaciones que fomenten la competencia y el desarrollo de la industria.

¿Se aprobará la transacción o los reguladores le darán game over a Microsoft?

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