Ernesto Madrid

Si bien es cierto que el ritmo de la economía de México presenta expectativa de un buen crecimiento y no se advierte una crisis de fin de sexenio, la realidad es que la producción de petróleo se desploma rápidamente aunado a la tendencia negativa en los precios internacional del crudo que ligaron siete semanas consecutivas con pérdidas, su peor racha desde finales del 2018.
En este periodo, la cotización de la mezcla mexicana acumula una caída de 21.26% y se mantiene sobre los 66.60 dólares por barril, registrando jornadas con menores niveles desde finales de junio debido a la percepción de una mayor oferta petrolera, el debilitamiento de la demanda y el fortalecimiento del dólar.

En el contexto Marco Oviedo, estratega para América Latina del banco brasileño XP Investment, advirtió que “la reciente baja en el precio de la mezcla mexicana ya en estas fechas tiene más un impacto en las finanzas públicas del próximo año” y añadió que ha esto se suma que hay ciertos rezagos el registro de los ingresos y cómo impacta los ingresos observados probablemente de persistir las caídas de en los precios, “yo creo que se verá en las finanzas de enero”, enfatizó.

Lo delicado del caso es que, a finales de septiembre, la deuda financiera de Pemex alcanzaba los 106,000 millones de dólares, mientras que se utilizó en su totalidad el equivalente a 9,400 millones en crédito renovable, según datos de la empresa.

En este contexto el 20 de octubre pasado, varios bancos otorgaron un crédito sindicado a Pemex que este siete de diciembre sirvieron para que la paraestatal renovara cerca de 8 mil 300 millones de dólares en líneas de crédito revolventes de bancos, entre ellos Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), JPMorgan Chase & Co., Citigroup y otros, para enfrentar la mayor carga de deuda corporativa.

LAS OTRAS CONSECUENCIAS

Otro detalle es que Pemex atraviesa por la producción de gasolina más baja del año y la peor desde el 2020, cuando la pandemia de COVID-19 que llevó el consumo de gasolina a nivel nacional a un mínimo histórico pese a que la deuda financiera de Pemex y su vencimiento más urgente ya están previstos por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

En contraste y que a impedido que Pemex Producción y Exploración pueda genera más petróleo se debe al mal manejo de las finanzas por parte de su director Octavio Romero, que no ha podido solventar la deuda a proveedores y contratistas, que, de acuerdo al reporte de la Bolsa Mexicana de Valores, asciende a septiembre de este año a 291 mil millones de pesos.

Hay que recordar que Pemex genera 800 mil millones de pesos anuales de impuestos al Estado y durante 30 años aportó anualmente al gobierno 5 puntos del PIB. Es decir, aportó por años 40% de los ingresos del Estado. Lo que hace el gobierno con Pemex es regresarle dinero aportado por la empresa productiva y a eso le llaman mal rescate, lo cual, de acuerdo con un especialista es un nombre falso.

¿QUÉ HACE PEMEX?

Pemex aportó en los últimos 4 años el 15% de los ingresos del gobierno y aún sigue siendo el principal contribuyente fiscal del país. Estos hechos por sí solos justificarían un rescate de Pemex, que, por el contrario, los banqueros han aportado por años el 3% de sus ingresos como impuestos para solventar la deuda del Fobraproa y en cambio los ciudadanos comunes pagamos 30% de nuestros ingresos como impuestos. No obstante, lo anterior, los banqueros fueron rescatados por el PRIAN.
Por lo anterior de nuestros impuestos se han pagado 2 billones de pesos a los banqueros desde 1994 para su rescate a través del Fobaproa e IPAB solo de puros intereses se han erogado por 30 años con aprobación del Congreso más de 30 mil millones de pesos anuales. Restan por pagar 800 mil millones de pesos que se pagaran en 70 años. Eso se llama, de acuerdo con un especialista, ‘tirar el dinero de las y los mexicanos’.
Aun así, lo que no hay que perder de vista es que la paraestatal aún esta en la ‘tablita’ ya que, por una u otra circunstancia, está en default en su deuda a proveedores; la producción de petróleo se desploma rápidamente; la deuda financiera también se ve afectada por la falta de flujo, el Gobierno Federal podría inyectar recursos de emergencia y México podría perder la calificación de grado de inversión.