Ernesto Madrid

Para e presidente Andrés Manuel López Obrador los resultados de la prueba Pisa dados a conocer esta semana, los cuales revelan que la educación en México está ‘estancada’ desde hace una década en dónde además México retrocedió en Matemática, Lectura y Ciencia no tienen validez porque fueron hechos por neoliberales.

Incluso entre sus justificaciones destacó que “esas pruebas son parte de lo mismo, es como si tomara en cuenta una opinión del Fondo Monetario Internacional o una editorial de Reforma. ¡Zafo!”, dijo con la contradictoria postura de que “nunca en la historia de México se había ofendido tanto a los maestros como en el periodo neoliberal”.

Incluso, para no aceptarlos destacó que lo que “querían -los neoliberales- era impulsar supuestamente la calidad de la enseñanza, la excelencia y desaparecer la educación pública, degradándola”.

Pero viendo los datos del Programa Internacional para la Evaluación de los Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés), que realiza la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en sus 81 países miembros, colocan a México en el lugar 57 general –el promedio de las calificaciones en matemáticas, lectura y ciencia–, aunque en las tres especialidades tuvo un retroceso importante comparado con 2018.

Dicho de forma clara, lo jóvenes de hoy, no están obteniendo las herramientas para competir en los mercados laborales, ni para salir de la pobreza, o para su desarrollo social y emocional donde en matemáticas, la caída fue de 14 puntos entre 2018 y 2022, que de acuerdo con la OCDE “revirtió la mayoría de los avances en el periodo 2003-2009″, y cuyas puntuaciones, agregó el reporte, se acercaron a las que se registraron entre 2003 y 2006.

Aunado a esto, la ciencia cayó 9 puntos en el mismo lapso, mientras que la lectura se redujo en 5 puntos. En el resultado final, México salió con cuatro años menos de escolaridad por detrás del promedio de la OCDE contrario a países como Singapur –cuyos resultados muestran que va de tres a cinco años adelante del resto de las naciones-, Corea del Sur, Hong Kong –que se mide separado de China–, Japón, Macao y Taiwán.

En los entredichos hay tres datos interesantes, el primero que “México tiene una crisis educativa en la que se estima que niñas, niños y jóvenes perdieron aprendizajes equivalentes a dos años de escolaridad” de acuerdo con un análisis presupuestal del Instituto Mexicano para la Competitividad en donde establece que el presupuesto de este año proyectó un incremento en el gasto de 6.5% en términos reales comparado con 2022, cuando en realidad fue 2% menor en términos reales con respecto al monto aprobado en 2019, pese a que, como estableció el Banco Mundial en 2020.

El segundo que en educación básica y quienes cursan el sexto grado están utilizando los libros del modelo educativo que impulsó el secretario de Educación, Emilio Chuayffet; del segundo al quinto grado, estudian sobre los textos de la llamada Nueva Escuela Mexicana que lanzó López Obrador al iniciar su gobierno y los que ingresan al primer año de primaria, lo hacen en los nuevos libros de texto gratuito que presentó este año Marx Arriaga, director de Materiales Educativos de la SEP.

Y, por último, la desapareció las Escuelas de Tiempo Completo, con lo cual se acabó la comida gratuita para miles de menores que tenían en la escuela su única alimentación balanceada en cuya deficiencia produce deterioro cognitivo, la educación dual, que abría la posibilidad para que estudiantes que no pudieran llevar a cabo una educación universitaria pudieran tener una capacitación técnica que les permitiera acceder al mercado laboral.

Pero López Obrador insistió en que “no tomará en cuenta el reporte realizado por la OCDE”.