Inicia el período vacacional de fin de año y Acapulco sigue en la lona.

Cierto es que ha empezado a reactivarse con el enorme esfuerzo de sociedad y gobiernos.

Pero es desolador corroborar que continúa imposibilitado de cubrir la demanda anual de miles y miles de turistas, y atestiguar las condiciones de vulnerabilidad de sus habitantes y las de municipios cercanos como Coyuca de Benítez, desnudadas por la devastadora fuerza de “Otis”.

Por los daños que dejó el huracán, el reto de la reconstrucción es muy grande, pero los acuerdos promovidos por la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado y logrados con el gobierno federal y el sector empresarial, destacadamente con el mandamás del Grupo Carso, Carlos Slim, permiten ver una luz al final del túnel.

De dos reuniones sostenidas con Slim, una en Acapulco y la otra en la CDMX, ha surgido una ruta de inversiones principalmente destinadas a la zona tradicional del puerto. En una próxima reunión, a realizarse presumiblemente en la capital del país, se trabajará en proyectos conjuntos que priorizarán inversiones estratégicas que además generen empleo y revitalicen al puerto y a Coyuca de Benítez como destinos turísticos destacados, con eventos deportivos, artísticos y culturales de alto nivel como peleas estelares de box y conciertos con artistas populares.

Pero lo realmente interesante -de acuerdo con la información recabada por esta columna- es la recuperación de la zona tradicional de Acapulco con “una inyección de inversión privada como no se había visto en el destino turístico”.

Se tiene contemplada una inversión millonaria en dólares, aún no precisada, para una de las áreas más tradicionales de Acapulco como lo son las playas de Caleta y Caletilla, donde Slim y un grupo importante de empresarios, en coordinación con la gobernadora Salgado, contemplan la llegada de hoteles temáticos y de las cadenas hoteleras más prestigiadas.

También llegaría a Acapulco el acuario Inbursa como uno de los principales atractivos de esa zona que será fortalecida con infraestructura y con el embellecimiento de espacios mediante el presupuesto estatal, para recuperar el esplendor de una de las zonas más icónicas del puerto.

Otro proyecto contempla la remodelación del Fuerte de San Diego para convertirlo en un museo moderno y funcional, pero sin perder su esencia histórica y la modernización del Centro de Convenciones.

Por otra parte, el gobierno de Guerrero propuso a los empresarios que la rehabilitación de la costera Miguel Alemán reactive franjas turísticas como la de playa La Condesa con franquicias de restaurantes y cadenas comerciales propiedad de los grupos de inversionistas.

Sin que aún sea oficial, se habla de reconvertir a La Condesa en una zona familiar de gran oferta gastronómica y reducir su propuesta de bares y centros nocturnos. La vida nocturna tendría un nuevo brillo y se acotaría a la avenida Escénica, donde nuevas discotecas abrirían sus puertas en los siguientes dos años.

El proyecto de un nuevo Acapulco ha entusiasmado también al empresariado local. Antonio Hernández, presidente de Grupo Autofin y Mundo Imperial, por ejemplo, dio a conocer que traerá un autódromo de “primer mundo”, a lo que se sumaron otros empresarios para apostar por invertir fuerte.

Se trata, pues, de compromisos de inversión gestionados en realmente poco tiempo por Evelyn Salgado. Falta saber ahora lo que se hará para mejorar las condiciones de vida de los lugareños y para contener a la delincuencia organizada. (rrododriguezangular@hotmail.com , @RaulRodriguezC )