El cobro de derecho de piso no es privativo de las zonas urbanas, tal como quedó establecido con los hechos de Texcaltitlán con productores del campo del Estado de México hace unos días e incluso la problemática recorre varias entidades del país, advirtió Facundo Rosas, ex comisionado General de la Policía Federal.
De hecho, dejo en claro que si la extorsión es difícil de comprobar y su cifra negra (delitos no denunciados) ronda el 99.83% a nivel nacional, tratándose de “cobro de piso” la cifra negra es prácticamente del 100%, debido a que es más difícil de denunciar.

Explicó que en la Ciudad de México la mayoría de los changarros, puestos de tacos, de jugos, pollerías, entre otros, ubicados en las alcaldías del norte y sur pagan “derecho de piso” de manera silenciosa y “no es por echar a perder los spots de “campaña”, pero los delitos totales en la Ciudad de México en 2023 se han incrementado un 2.5% respecto de 2022, solo que eso no se dice”, se paga, de manera silenciosa.

El “cobro de piso” perpetrado contra campesinos por cada metro cuadrado de siembra, puede considerarse la fase superior de la extorsión, al ser una acción muy difícil de denunciar ante el Ministerio Público y aún más complicado probar ante un juez que fueron objeto de un hecho señalado por la ley como delito, puesto que la tierra ni siquiera ha sido sembrada y mucho menos producido alguna mercancía comercializable y con un valor monetario destacó.

La respuesta de los campesinos en Texcaltitlán es el hartazgo de la gente víctima de la delincuencia y la falta de atención por parte de la autoridad, empezando por la estatal que sólo se limitó a instruir se le diera seguimiento, visitar el municipio totalmente “blindada” y pronunciarse en favor de la paz, como si este tipo de acciones bastaran para resolver el problema de fondo. Lo otro que comprueba este hecho es el “control territorial” por parte de los grupos delictivos.

Para el director de Estrategia del Grupo BlackIND, mientras las víctimas no se organicen y sientan el respaldo de la autoridad, que en principio no llegue a dialogar con ellos blindada por decenas de militares y policías como sucedió en el Estado de México, la extorsión seguirá impune y el miedo que genera seguirá alimentando la cifra negra (delitos no denunciados) beneficiando solo a los extorsionadores y, donde de manera silenciosa el “cobro de piso” subyace a gran parte de la actividad económica formal y con mayor razón la informal, y que en cualquier momento puede hacer crisis.

Dijo que, por ejemplo, aceptar el ‘cobro de piso’ en la Ciudad de México, sería reconocer que en esta materia se ha fracasado y estropearía las cifras alegres que en los últimos años se han repetido para hacer creer que las cosas van muy bien, que los delitos de alto impacto han bajado más del 50%, “pero sólo los de alto impacto, como si los demás delitos no impactaran en el estado de ánimo de la población” concluyó.