Por Raúl Rodríguez Cortés

Si hablamos de proposiciones de gobierno, estructura discursiva para plantearlas, ecuanimidad, claridad y presencia, el debate fue ganado por el candidato de Movimiento Ciudadano, Salomón Chertorivski.

Su estrategia para resolver la crisis de la escasez de agua en la ciudad de México fue, a mi juicio, la mejor.
Si hablamos de acusaciones y ataques, Clara Brugada y Santiago Taboada empataron. Se dieron con todo la candidata de Morena y el candidato del PRIAN.

El debate fue interesante y el formato facilitó la esgrima política y el intercambio de ideas y argumentos.
A Brugada, por lo visto, le pegó fuerte -y lo reflejó en su expresión- la acusación hecha por Taboada, fotografía en mano, de su presunta sociedad con René Bejarano, “el señor de las ligas” y el anuncio de que subirá a redes sociales la documentación probatoria.

Taboada, por su parte, no digirió -pese a su sonrisita impostada- la acusación hecha por Brugada de que es dueño de un departamento con el que lo extorsionaron para obtener los permisos de construcción, y los reiterados ataques por su supuesto vínculo con el cártel inmobiliario de la Benito Juárez.
Toda su propuesta anticorrupción se diluyó en la sombra del cártel inmobiliario.