Ernesto Madrid

La respuesta de China que hiciera la semana pasada Mao Ning, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores no es para el presidente Andrés Manuel López Obrador una respuesta formal sobre la carta que envío, por lo que dijo que quiere establecer una comunicación con el gobierno del país asiático y es lo que está haciendo el canciller Marcel Ebrard por qué sino se produce ahí -el fentanilo-entonces ¿dónde? cuestionó el mandatario.

En el contexto y de acuerdo con un reportaje publicado por la cadena BBC, Tijuana se ha convertido en la “zona cero” del tráfico de fentanilo en donde los cárteles luchan por controlar las calles, una situación tan extrema que cada cuadra o calle puede estar a cargo de un grupo criminal diferente por la frontera que hace con California, EE.UU.

El fentanilo, sin duda, contribuye a la inseguridad y las ganancias por su venta son enorme ya que se estima que esta opioide sintético se pude fabricar con una centésima parte de lo que cuesta producir la heroína y en muchas ocasiones se está cortando con otras drogas como la cocaína, la heroína y la metanfetamina con la salvedad de que es 50 veces más potente que la heroína.
“Pero el rastro de destrucción que está dejando el fentanilo no comienza en EE.UU., sino más al sur, en Manzanillo, México alberga el puerto más grande y el tercero más activo de América Latina: el año pasado llegaron casi 3.5 millones de contenedores de todo el mundo. Por sus muelles pasa todo tipo de carga, incluidos productos químicos que provienen principalmente de China e India y que se utilizan para producir los ingresos más lucrativos del crimen organizado: drogas sintéticas como el fentanilo” que se multiplican en Colima, destaca el reportaje de la agencia.

Dicha entidad tenía la tasa más alta de homicidios per cápita como escenario de la lucha entre los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación que continúan fabricando y exportando fentanilo, en donde no se vislumbra el final de una tragedia que sigue avanzando en México y Estados Unidos.

La realidad es que el presidente se niega a reconocer que los carteles ya no necesitan controlar comunidades rurales en México ni tierras para cultivar amapolas; solo tienen que asegurar el acceso a productos químicos y contratar a alguien con los conocimientos para fabricar fentanilo en dónde el obstáculo de la corrupción de los puertos que controla la Secretaría de Marina continúa avanzando.

Pruebas hay muchas, en el estado de Baja California, la policía allanó el año pasado dos propiedades en Tijuana, donde encontró grandes cantidades de pastillas y polvo de fentanilo, con prensas hidráulicas para producir tabletas además de los ‘laboratorios’ improvisados descubierto y desmantelado en Ciudad de México y en los estados de Nuevo León y Sinaloa.

Pero el presidente López Obrador dice que esta semana “van a estar en Estados Unidos los integrantes del Gabinete de Seguridad de México, y entre otros temas se va a tratar lo del tráfico de fentanilo y su consumo también lo relacionado con las armas, va a haber una reunión conjunta de cooperación”, porque en México no se produce la materia primar, pero sí el producto final que provoca miles de muertes cada instante.

Y en este marco el representante permanente de México ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Juan Ramón de la Fuente, pidió este lunes al Consejo de Seguridad fortalecer los marcos internacionales para control del tráfico y desvío de armas, otro conflicto que corre paralelo al trasiego de droga.