Ernesto Madrid

Las presiones inflacionarias externas asociadas a la evolución de la pandemia fueron el argumento para llevar al Banco de México (Banxico) a recortar sus pronósticos de crecimiento para el 2023 para llevar al índice del Producto Interno Bruto (PIB) a niveles de 0.8 y 2.4 por ciento, con un escenario central de 1.6 por ciento.

Lo anterior representa un recorte con respecto al informe anterior, que se situaba entre 1.4 y 3.4 por ciento con un escenario de 2.4 por ciento.

“La incertidumbre en torno a la evolución de la pandemia, las consecuencias del conflicto bélico en Europa del Este, el entorno económico por el que atraviesa Estados Unidos, y los elevados niveles de inflación en el nivel global han contribuido a deteriorar las perspectivas para el crecimiento global” destaca el informe trimestral del instituto central.

No obstante, Banxico mantuvo su previsión central para 2022, en la que espera que la economía termine por crecer 2.2 por ciento. Sin embargo, puntualizó en una ligera modificación que pasó de entre 1.6 a 2.8 por ciento a entre 1.7 a 2.7 por ciento.

Entre los riesgo que apunta el informe para un menor crecimiento destaca el documento que por ejemplo se observe una menor demanda externa, particularmente de la proveniente de Estados Unidos, en detrimento de la actividad económica en México; que los efectos de la pandemia a nivel mundial o de conflictos geopolíticos prolonguen o intensifiquen las afectaciones al comercio y los problemas en las cadenas de suministro a nivel global, y que ello conduzca a escasez de insumos o mayores costos de producción en diversos sectores de la economía.

Resalta además que la recuperación del gasto en inversión sea menor a lo esperado o insuficiente para apoyar el proceso de reactivación de la economía y el crecimiento de largo plazo. En este sentido, que las controversias asociadas al T-MEC contribuyan a incrementar la incertidumbre, en detrimento de la inversión.

Y además que se presenten condiciones financieras más astringentes de lo esperado y episodios de volatilidad en los mercados financieros internacionales que afecten los flujos de financiamiento para las economías emergentes.