Ernesto Madrid

Las bolas rápidas lanzadas desde Palacio Nacional a la senadora y aspirante registrada del Frente Amplio por México han obtenido respuestas de home run en el escenario político-electoral que la han colocado como la rival más peligros del partido en el poder que ha colocado hits en las redes sociales como las más probable para galvanizar a la oposición y animar a la sociedad a la lucha por la Presidencia.

Este martes de nueva cuenta el presidente Andrés Manuel López Obrador respondió que “eso si calienta” luego de que Xóchitl lo llamará “machista”, pero como si no le importará el calificativo insistió en que Gálvez es “la candidata de Salinas, es la candidata de Fox, es la candidata de Claudio X González y otros traficantes de influencias. Es la candidata de los que quieren regresar por sus fueros porque quieren seguir saqueando al país”.

De inmediato y aprovechando la coyuntura de su registro como aspirante y tras recibir su constancia de registro de manos del que acabo con el PRI Alejandro Moreno dejo bateo la bola al señalar que “a donde estoy yo llegué con mucho esfuerzo. (…) Me tiene tanto miedo el presidente que dice que un hombre me puso aquí y a mí ningún cabrón me puso en ningún lado”.

Y atajó al enfatizar que “no voy a permitir que el presidente desde su machismo diga que las mujeres no tenemos oportunidad, ni la capacidad”, e incluso le dejo en claro qué, con su proyecto de nación, “que no incluye eliminar programas sociales como lo aseguró López Obrador” logrará obtener las firmas de la base, incluso priista y que ya cuenta con 60 mil, pero continuará ganándose el espacio, la confianza y el soporte del partido.

Pero López Obrador no lo concibe y sus ataques la están colocando en centro del escenario con más visibilidad que sus corcholatas que están perdiendo tracción y atractivo ya que incluso a sus ofensas y todo el aparato de gobierno que ha lanzado en su contra, sigue teniendo repercusiones.

Este martes, las secretarias generales de los partidos políticos PAN, PRI y PRD que forman parte del Frente Amplio por México acusaron, el presidente Andrés Manuel López Obrador está ejerciendo violencia política de género, no solo contra ella sino contra cualquier mujer que va en contra de sus intereses como lo es también en contra de la ministra presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña Hernández y le reiteraron que es un “machista” por las embestidas políticas en un país que ocupa los primeros lugares en feminicidios y en donde siete de cada diez mujeres, han sufrido algún acto violento, ya sea agresiones verbales, sexuales, físicas o incluso económicas.

Incluso se fueron más allá al señalar que está violentando a una mujer que viene desde abajo – en referencia a l defensa que hicieron de la legisladora Xóchitl Gálvez- y que ha construido su carrera política en la honradez; burlándose públicamente de la panista con cartones políticos para ridiculizarla y señalar que no es del pueblo, lo que muestra una postura clasista que tanto a contradicho el presidente.

Lo paradójico del caso es que los ataques del presidente vienen del mismo cuño político del que por 18 años se dijo “perseguido, acosado y hasta desaforado por el sistema”.