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Facebook: Raúl Alejandro Rodríguez Martínez

En marzo de 2020, el gobierno de México se unía a la iniciativa de gran parte del mundo de mandar a millones de trabajadores a sus hogares para combatir los contagios por Covid-19 duranrte la pandemia. Decenas de miles de empleadores tanto del sector privado como del público se enfrentaron al reto de mantener en casa a millones de empleados trabajando su jornada de 8 horas al día. Si bien desde la segunda mitad de 2020, algunos sectores estratégicos de la economía mexicana regresaron al trabajo presencial, todavía un porcentaje relevante de la fuerza laboral continuaría bajo un esquema de teletrabajo hasta la segunda mitad de 2022.

Para ese momento, tanto empleados como empleadores lograron adaptarse a un mercado laboral que contaba con una diversidad de esquemas de trabajo. Inclusive, la población económicamente activa más joven encontraba atractivo aplicar a trabajos que ofrecieran esquemas de teletrabajo o híbridos, mientras que muchos empleadores habían invertido mucho dinero en su infraestructura tecnológica y hastaredujeron sus espacios físicos para ser competitivos ante esta nueva realidad.

Por su parte, dada la relevancia que cobró el trabajo desde casa en el mercado laboral (en México se estiman 13 millones de empleados trabajando bajo esquemas de teletrabajo en la actualidad), la Secretaría del Trabajo publicó en 2023 la NOM-037 para regular los derechos y las condiciones de los empleados que realizan teletrabajo. La norma indica que un empleado hace teletrabajo si más del 40% de su jornada laboral lo realiza desde casa. Esto se traduce, si consideramos una jornada laboral de 40 horas a la semana, que dedicara más de 16 horas desde casa (es decir, con hacer 2 días + 1 hora desde casa ya calificaría como teletrabajo). Para un empleador que ofrece a su fuerza laboral más del 40% de su jornada en teletrabajo, es su obligación pagarle, entre otras cosas, por su consumo de electricidad e internet que se destinan a sus jornadas laborales desde casa, así como también cualquier riesgo a la salud que ocurra en sus hogares en horarios de trabajo.

Como resultado, muchas empresas comenzaron a reorganizar sus esquemas de trabajo para no caer en la definición de teletrabajo de la norma. En contraste, en otros países del mundo (principalmente los desarrollados) en los que el apoyo y la movilización a esquemas 100% de teletrabajo a sus empleados ocurrieron en los últimos 4 años, se enfrentaron a la problemática de convencer a su fuerza laboral a regresar a esquemas híbridos o presenciales.

Bajo ese contexto local y global, cada vez es más frecuente escuchar o percibir que los esquemas de teletrabajo y los híbridos podrían tener sus días contados. Al respecto, la firma de consultoría KPMG publicó en diciembre del año pasado su Perspectiva Global de CEOs del 2023, en la que levantan encuestas a los CEOs de las empresas más relevantes de todos los sectores de la economía global. Llamó la atención que 64% de los CEOs encuestados preven que hacia el 2026 se termine al 100% el trabajo desde casa. Argumentaron una mayor productividad, la creatividad, de colaboración y sinergias bajo el trabajo presencial versus el trabajo desde casa.

En la literatura, existe una multiplicidad de conclusiones que se contradicen entre sí sobre los impactos del trabajo desde casa. Algunos estudios señalan incrementos en la productividad, satisfacción laboral, disminución de abandonos, ahorros de tiempo en traslados, entre otras bondades, de quienes trabajan desde casa. En contraste, otros estudios concluyen que el trabajo presencial maximiza la productividad por contar con un espacio más competitivo para promover la concentración y los resultados. Sobresalen también estudios que identifican que los días más productivos del teletrabajo son los martes, miércoles y jueves de 10:30am a 3:30pm; o que los trabajos que implican un mayor proceso creativo son más afines al trabajo desde casa que aquéllos que son más rutinarios.

Considerando todo lo anterior, resulta difícil saber cuál será el futuro del teletrabajo en México. Posiblemente la tendencia en los próximos 3 años será una reducción drástica de empleados en esquemas de teletrabajo y habrá un crecimiento relevante de esquemas híbridos.