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Facebook: Raúl Alejandro Rodríguez Martínez

La semana pasada nos brindó la sorpresa positiva de que la estimación oportuna de crecimiento del PIB de México durante el 2T’22 vino mejor que lo previsto. El desempeño del crecimiento económico del país ha sido más sólido que lo anticipado y posiblemente la economía mexicana esté más cerca de un crecimiento anual del 2% que del 1%. Sin embargo, no debemos pasar por alto la percepción de que el segundo trimestre del año cerró con cierta pérdida de tracción de la actividad productiva del país. De esto último tendremos mayor claridad en ésta semana con varios indicadores económicos de coyuntura que el INEGI dará a conocer y que corresponden a los meses de mayo y julio de 2022.

Por orden de aparición, este lunes comenzaremos con la Encuesta Mensual de Opinión Empresarial con información a julio. Al momento, la confianza empresarial se ubicó en 50.7 puntos en junio, ligeramente por encima de la tendencia de largo plazo del indicador (50.0 puntos) pero consolidando una tendencia descendente a lo largo del año. Es decir, la percepción de los productores a finales del año pasado era más alentadora que en el transcurso de los primeros 6 meses de 2022. Sind duda, las presiones inflacionarias y el complejo contexto internacional han venido deteriorando consistementemente las expectativas de los productores del país. En tanto, el martes el INEGI publicará su sistema de indicadores cíclicos correspondientes a mayo de 2022. El objetivo de estos indicadores consiste en determinar en qué fase del ciclo económico se encuentra México actualmente (indicador coincidente) y cuál sería la dirección de la economía mexicana hacia adelante (indicador adelantado).

Con cifras de abril, tanto el indicador coincidente como el adelantado apuntan a que la economía mexicana continúa en una fase expansiva de su ciclo económico, con el coincidente en 108 puntos y el adelantado en 109 puntos. Mientras que el indicador coincidente todavía no alcanza los niveles previos a la crisis económica por la pandemia, el adelantado está situado alrededor de los niveles de 2018. Esto parecería sugerir que el ciclo expansivo de la economía mexicana difícilmente dé para crecimientos más acelerados en los siguientes años.

Posteriormente, conoceremos el jueves la confianza del consumidor a julio de 2022. A diferencia de la confianza empresarial, la del consumidor se ha ubicado consistentemente por debajo de la empresarial. En junio, dio cuenta de un nivel de 43.6 puntos, debajo de la tendencia de largo plazo de 50.0 puntos del indicador. El comportamiento de ambos indicadores de confianza ha sido similar, sugiriendo que se ha visto afectado por la percepción menos optimista ante la situación económica global actual.

Finalmente, la semana de indicadores económicos cerrará con las cifras a mayo de 2022 tanto del Consumo Privado como de la Inversión Fija Bruta. Ambos indicadores han moderado su crecimiento anual luego del rebote natural que observaron cuando la economía mexicana salió de la crisis por la pandemia. El consumo privado creció 8.0% anual en abril, luego de que en marzo creciera 8.5%. Por su parte, la inversión fija bruta aceleró su ritmo de avance anual a 8.4% en abril desde 4.5% en marzo. La inversión física en México se ha visto impulsada mayormente por maquinaria y equipo (14.9% versus 6.4% anterior), aunque la inversión en construcción también se encuenta en la dirección correcta (4.9% desde 2.0% previo).

Considerando lo que los indicadores que se publicarán en la semana nos dicen sobre la economía mexicana, estamos identificando señales mixtas sobre el curso que tomará la demanda agregada del país. En lo que se refiere a indicadores productivos (consumo privado e inversión fija bruta), en los últimos 12 meses hemos visto una mejoría. Tomando como punto de partida mayo de 2021, tanto el consumo privado como la inversión fija bruta están 7.3% por encima de sus respectivos niveles hace un año. Como comentábamos anteriormente, ha sido la inversión física en maquinaria y equipo la que ha contribuido a impulsar con mayor dinamismo a la inversión en capital físico, mientras que la inversión en construcción ha mostrado un menor ritmo de avance.

En tanto, los indicadores de confianza, para los cuales contamos con dos meses más de historia, hemos visto que el optimismo de los productores se ha deteriorado de manera significativa en los últimos tres meses, mientras que los consumidores han sido más prudentes (o menos optimistas) a lo largo del año, al grado que ambos indicadores de confianza se ubicaron en junio alrededor de 2.4% por encima de su nivel en mayo de 2021.

Si a lo anterior le juntamos el hecho de que la economía mexicana se ubica actualmente en una fase ligeramente expansiva y que hacia adelante se prevé que dicha expansión se modere, seguimos anticipando lo que ya hemos venido comentando anteriormente: el segundo semestre será más retador para la economía mexicana. Inclusive, todavía no podemos descartar que México pueda caer en recesión el próximo año a pesar del buen dato del PIB del 2T’22. Esto último considerando como se están perfilando los indicadores económicos de la demanda hacia el arranque del 3T’22, al tiempo de la recesión económica que Estados Unidos ya observó durante el 2T’22.