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Facebook: Raúl Alejandro Rodríguez Martínez

Banco de México publicó la minuta de la reunión de política monetaria de su Junta de Gobierno del 8 de febrero. Del comunicado de prensa se sabía que la decisión de mantener sin cambios el objetivo de la tasa de interés a un día en 11.25% fue unánime, al tiempo que sus pronósticos de inflación general fueron revisados ligeramente al alza en el corto plazo. De igual manera, ya era conocido que su balance de riesgos inflacionarios estaba sesgado al alza.

Sin embargo, de la minuta recién publicada se identificó una discusión muy interesante en torno a la dinámica reciente de la inflación. Al respecto, destacaron que la inflación de enero sorprendió al alza luego de ubicarse en 4.88% anual, debido al repunte del componente no subyacente – el más volátil del Índice Nacional de Precios al Consumidor. No obstante, subrayaron que la inflación subyacente (la cual sustrae la volatilidad de los precios de los alimentos y los energéticos, continúa disminuyendo y se ubicó en 4.76% anual en enero.

En particular, destacaron que desde el último trimestre de 2022, la inflación subyacente no ha interrumpido su proceso de disminución, aunque señalaron que ha sido gradual. Al respecto, comentaron sobre el marcado descenso en los precios de las mercancías, contrastando con los precios de los servicios que se han mostrado más reacios a disminuir. En relación con la revisión al alza en sus pronósticos de inflación en el cofrto plazo, la mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno destacaron que el ligero repunte que se observó en la inflación no podría ser duradera. Este último comentario cobró mucha relevancia en la lectura que se le dio a la minuta, pues el INEGI publicó horas antes la inflación de la primera quincena de febrero, la cual se ubicó en 4.45% anual frente a 4.87% anual en al segunda quincena de enero. Adicionalmente, la inflación subyacente también disminuyó a 4.63% anual desde 4.75% en la quincena anterior.

Llama la atención que los argumentos que sostienen la evidencia de presiones inflacionarias al alza en el corto plazo, los riesgos de que el proceso de “desinflación” se interrumpa o revierta y que por consecuencia se pudiera llegar a retrasar el comienzo en los recortes a la tasa de interés objetivo, son indicados en la minuta como comentarios de “otro miembro” o de “un miembro”, mientras que aquéllos que destacan que la inflación subyacente está en una franca trayectoria descendente, que el repunte en la inflación no será duradero, que ya se preveía que el proceso de “desinflación” no sería de un descenso lineal, están etiquetados como argumentos de “algunos miembros”, “varios miembros” o “la mayoría de los miembros”.

Pero lo más relevante dentro de la narrativa de la minuta con miras a las próximas acciones de la Junta de Gobierno lo encontramos en negritas y en el segundo párrafo de la sección de política monetaria, en la cual el documento señala expresamente que “en las siguientes reuniones evaluará, en función de la información disponible, la posibilidad de ajustar la tasa de referencia.

Considerando todo lo anterior, pareciera que Banco de México se encuentra en preparación para anunciar en su próxima reunión de política monetaria el 21 de marzo (en un mes) un recorte en 25 puntos base a la tasa de interés objetivo de 11.25% a 11.00%. Para ese momento, ya se contará con la cifra de inflación al cierre de febrero y la de la primera quincena de marzo. Al respecto, tendría que sorprender significativamente al alza la inflación para que Banco de México optara por retrasar el inicio de recortes, situación que se percibe poco probable que ocurra.