Se creen plenipotenciarios. También, que cada decisión que tomen única y exclusivamente debe pasar por su visto bueno. Eso, sin olvidar que el acceso ilimitado a las arcas municipales los hace sentirse magnates con cuentas bancarias infinitas.

Tristemente, dicha definición aplica para cientos de alcaldes o alcaldesas que en ejercicio de sus funciones se olvidan de la esencia que los llevó hasta donde están. Ejemplos hay cientos, quizá miles. Pero lo que hoy se vive en algunos municipios del Estado de México, empezando por su capital, es síntoma del mal del Presidente Municipal: los inalcanzables; los intocables; los que no necesitan rendirle cuentas a nadie.

En abril del año pasado el hoy exalcalde de Toluca, Raymundo Martínez Carbajal, político polémico que recuperó para el Partido Revolucionario Institucional (PRI) el poder en la capital de uno de los estados más importantes en México mandó “secuestrar” a su exsuegro a cambio de la devolución de unos papeles. Entre ellos, las escrituras de una casa. Claro, estuvo apoyado por policías municipales e incluso un notario. Todo, derivado de una ruptura amorosa con su hoy exesposa, Viridiana Rodríguez. El exedil creyó que todo el aparato se pondría a su servicio y ordenó retenerlo en instalaciones municipales destinadas a la Oficialía Conciliadora.

“El pasado 12 de abril, por instrucciones de Raymundo, policías municipales del ayuntamiento de Toluca, habrían ingresado, sin mandamiento judicial alguno o causa justificada, a las oficinas particulares de O.E.R.C. y lo habrían privado de la libertad para posteriormente trasladarlo a las instalaciones de la Oficialía Calificadora municipal, donde lo mantuvieron en cautiverio, detalló la Fiscalía Mexiquense en canales oficiales de comunicación.

Semanas después de este hecho, Rodríguez decidió denunciar al entonces alcalde de Toluca. Para sorpresa de muchos, la justicia empezó a investigar. A finales de noviembre fue girada una orden de aprehensión en su contra. Sin embargo, logró fugarse y estar 54 días evadiendo la justicia.