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En materia económica y financiera, el tercer trimestre del año cerró con la cuadragésima novena sesión del Consejo de Estabilidad Financiera que conforman el Banco de México, la Secretaría de Hacienda, la Comisión Nacional Bancaria de Valores, la Comisión Nacional de Seguros y Finanzas, la Comisión Nacional del Sistema del Ahorro para el Retiro y el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario.

El Consejo subrayó que la situación macroeconómica global se continuó deteriorando, principalmente por un entorno en el que las presiones inflacionarias globales continúan al alza – principalmente por los precios de los alimentos y de los energéticos. Como resultado, la gran mayoría de los bancos centrales del mundo se han visto en la necesidad de incrementar agresivamente sus tasas de interés de referencia, lo que ha apretado las condiciones financieras del mundo y está implicando que irremediablemente el crecimiento económico se desacelere.

De igual manera, el mundo ha seguido transitando bajo un entorno de volatilidad e incertidumbre en los mercados financieros internacionales como consecuencia de tensiones geopolíticas y una mayor aversión al riesgo.

Por lo anterior, el Consejo prevé que los riesgos en contra de la estabilidad financiera internacional continúan incrementándose, al tiempo que de que la perspectiva macroeconómica global se siga deteriorando, con una reducción de las presiones inflacionarias muy gradual y una mayor desaceleración del crecimiento económico.

En ese contexto, la economía mexicana ha experimentado un fenómeno similar, con periodos relevantes de volatilidad financiera, aunque el peso mexicano se ha mostrado resiliente principalmente por incrementos históricos en la tasa de interés objetivo por parte del Banco de México. En tanto, el crecimiento económico en México no se ha desacelerado pero mantiene un ritmo de avance muy gradual.

El Consejo destacó que el desempeño reciente del consumo y la inversión sugiere riesgos de una desaceleración de la economía mexicana el próximo año. Por si fuera poco, la expectativa de una desaceleración de la economía estadounidense minaría al sector exportador como una de nuestras palancas adicionales de crecimiento.

Considerando todos los elementos señalados previamente, el Consejo de Estabilidad Financiera señaló que el sistema bancario mexicano se ha mantenido resiliente, a partir de los niveles de capital y de liquidez observados, los cuales exceden con holgura niveles mínimos establecidos por los reguladores del sector. El principal riesgo financiero que vislumbra el Consejo se enfoca en el deterioro potencial de la cartera crediticia de la banca, como consecuencia de un panorama de desaceleración y menor crecimiento económico el próximo año.
Tanto el Consejo de Estabilidad Financiera, como el consenso de analistas, anticipan un deterioro de las condiciones económicas de México, si bien no anticipan que el deterioro llegue a niveles de recesión. Sin embargo, un panorama de desaceleración sería muy negativo considerando que la economía mexicana apenas y comienza a salir del “bache” ocasionado por la pandemia de Covid-19.

El Banco de México podría seguir incrementando la tasa de interés objetivo dado que la inflación no cede. Al cierre de la primera semana de octubre conoceremos la inflación de la segunda quincena de septiembre y al cierre de ese mismo mes.

El indicador será clave para entender qué tanto más de músculo tiene que mostrar Banco de México y de qué tanto se tendría que seguir comprometiendo el desempeño de la actividad económica en el país.